lágrimas

El tiempo cobra tu acción embelesada con lágrimas furtivas y preguntas abstractas al vacío.Todo por las caricias deseadas, estas despiertan un torrente de escalofríos que recorren la espalda, acelerando el pulso. Después la mente es invadida por una ceguera selectiva. Un beso rozando la comisura de los labios se encarga de despertar los sentidos adormilados por la rutina, e inmediatamente las lágrimas rebosantes de alegría y tristeza aparecen en escena. Primero por sorpresa y placer, es una nueva razón para amar la vida incondicionalmente, y segundo por el contacto con la realidad, tras un ligero pestañeo cerca de la frustración.
Las lágrimas purifican cada instante dejando tu retrato melancólico y literario.

desesperanza

Cuando se espera impaciente la llegada de unas palabras, un susurro cual lluvia que empape lentamente la tierra del cuerpo. Cuando se espera aún sabiendo lo complicado que es el mensaje desde el otro lado, hecho de sentimientos encontrados con la norma. Cuando se espera dejándose llevar por el pensamiento hacia los anhelos, libremente abandonados hacia la incertidumbre. Cuando se espera sin conocimiento del efecto se llega  rápidamente a la desesperanza. Vestidos de desesperanza sólo nos queda aprehender de los frutos del amor que al saciarnos nos dejan sedientos eternamente.

sonrisa

En el silencio mas absoluto  me queda el sonido melodioso de la sonrisa, siempre dispuesta y atenta. Su aparición es dulce y necesaria. Un mensaje directo lleno de sinceridad que arranca las respuestas inmediatas e inevitables de los receptores directos e indirectos.

consciencia

Soy consciente de mis limitaciones, un brazo escayolado hizo ralentizar todos mis movimientos salvo uno: acunarme.  Meciendo las sensaciones, la de ser finita, frágil y temporal, dejo que mi perspectiva caballera del mar se mezcle con la arena. Descubro cuan poco dejo a las olas arrebatarme la cordura y así salir de mi vida seca unos instantes.

la distancia

Sentí lo lejos que hablaban tus ojos. Yo deseaba un abrazo lento y el roce de tus labios en la mejilla. Tan sólo eran unos metros los que nos separaban y el estómago con espasmos me asomó al abismo.Todo el cuerpo tiritaba a pesar de estar ocultándolo. Dos estatuas inmóviles separadas por el miedo a un riesgo real o quizás imaginario. Fue inevitable desearte y así cada noche los sueños me torturan.¿ Por qué crees que tú decides lo que mi cuerpo, hace ya mucho tiempo, anhelaba? 

impotencia

Es un sentimiento que nos hace humanos. Creemos saber nuestro alcance. El circulo de nuestras posibilidades se forma y se deforma según los pasos que damos. Por ello el motor de la vida es la superación, la transformación de nuestros límites con ilusión, paciencia y perseverando en ser nosotros mismos a pesar de todo.